Se sabe que los Tinyahuarcos, diligente y aguerrida tribu pre-incaica, cuyo asentamiento y fortaleza era la estratégica elevación de Puntac-Marca, hoy Marcapunta, ya trabajaban la plata con relativa facilidad. Estos primitivos orfebres, cuyas dotes artesanales eran muy sencillas, sufrieron la interrupción de su progreso artístico con la llegada de los españoles. Los Tinyahuarcos, extraían la plata de las faldas del cerro ubicado frente a Puntac-Marca, que por poseer abundancia y calidad desde aquellos tiempos era conocido como GOLGUE (plata), JIRCA (cerro), hoy Colquijirca, es decir “cerro de la plata”.
El inca Pachacutec, gran organizador del imperio incaico, notable estadista y empeñoso conquistador, con los ejércitos imperiales al mando de su hermano Capac Yupanqui, se dedicaba a conquistar toda la actual zona central del Perú, librando para ello, encarnizadas batallas con los Huancas, Xauxas, Tarumas, Pumpus y Yaros, entre éstos asimilados al Tahuantinsuyo por pacíficos arreglos luego de infructuosas batallas. Ya sometido al imperio, Golguejirca era uno de los lugares más pródigos en la producción del blanco y noble metal.
La llegada de los hispanos cambió el destino de este paraje. Cuando hubo que pagar el rescate del Inca Atahualpa, se recibió la orden de enviar a Cajamarca toda la existencia almacenada de minerales preciosos. Golguejirca cumplió el mandato. Tan extraordinarios y abundantes eran los envíos, que el mismísimo Hernando Pizarro, organiza una expedición para conocer personalmente este emporio.
El joven cronista, Miguel de Astete, nos dice que al llegar a Golguejirca, encuentran a una tropa de indios conduciendo cuatrocientas arrobas de plata fina y ciento cincuenta de oro, a lomo de numerosísimas llamas, para pagar el rescate del Inca. Era el 12 de marzo de 1533.
Cuando el 12 de enero de 1549, don Pedro de la Gasca otorga la encomienda de los Yaros y Chaupihuarangas a don Joan Tello de Sotomayor, los españoles llegan en tropel a la zona y comienzan a trabajar con denuedo las minas de Golguejirca. Para estar más cerca de los yacimientos van a afincarse en terrenos cercanos a un antiquísimo pueblo llamado Putaca, y allí fundan la Villa de Nuestra Señora de las Nieves de Pasco, el 5 de agosto de 1570.
En el año de 1880, la mina Colquijirca, propiedad del ciudadano español Manuel Clotet, fue cedida a su yerno, Eulogio Fernandini. En 1886, se inician los trabajos del socavón principal de Colquijirca que posteriormente se llamo el “Socavón Fernandini”.